Esta semana nos convoca Juan Carlos, bajo el tema Un Día En
La Vida. Si queréis disfrutar del placer de leer más relatos los encontraréis
en su blog ¿Y qué te cuento?
Apenas he dormido nada, me he pasado media noche trabajando.
Son las siete de la mañana, al despertador le ha dado por ponerse a cantar,
juro que algún día me vengaré de él, estoy muy cansado y hoy tengo un examen de
historia.
De camino al instituto procuro descansar y a pesar de que
la gente no para de hablar, consigo medio adormilarme. Suena la sirena de inicio de clase (otra
de la que algún día me vengaré) y con ella el inicio de mi jornada de trabajo. Escribo
todo lo que me dictan, incluso, en los momento de distracción hago garabatos en
los márgenes de los folios. Por fin llega la hora del recreo, normalmente suelo
estar en el limbo media hora disfrutando de un paraíso de tranquilidad, pero no
en época de exámenes. Me tomo un respiro de cinco minutos y vuelvo al tajo. Es
la última clase, el momento del examen ha llegado, tengo que estar concentrado
para cuidar la ortografía, para que mi letra sea clara y limpia permitiendo al
profesor entenderla, pero sobre todo para no fallar y conseguir que
ninguna pregunta se quede en blanco. Después de dos horas sin parar de escribir
estoy exhausto, se que solo puedo tener un huequecilllo de descanso, así que
aprovecho para echarme una siestecilla.
Son casi las doce de la noche. Llevo toda la tarde sin parar
de trabajar, dejando mi huella en diferentes cuadernos. Es hora de acostarse,
ya no puedo más, menos mal que mañana es viernes y se acaba esta locura. Es muy
dura la vida de un bolígrafo como yo en manos de un estudiante.
Toma final, así me gusta.
ResponderEliminarTe falta la palabra empollón, un estudiante no empollón solo le hace trabajar en la parte de los garabatos
Oleeee.... menudo final inesperado....
ResponderEliminarMe ha encantado... plas, plas, plas... no podías haber sido más original.
Un besazo¡¡¡
Me ha encantado con ese final tan inesperado :) Pobre bolígrafo, también tiene sus derechos! :)
ResponderEliminarMuchos besos
Está bien. Nadie dijo que tenía que ser una persona. Puede ser un objeto. como una lapicera. Ingeniosa salida.
ResponderEliminarSobre todo si es un estudiante trabajador, porque hay otros que se mueren de asco en el estuche.
ResponderEliminarOriginal historia.
Un saludo
Jajaja, sobretodo en época de exámenes.
ResponderEliminarMenudo final ...genial....
ResponderEliminarMuy original
Saludo
Me salió todo con..."al" ..jjjj
EliminarOtro saludo
Jaaaaa!!! Este relato si que es digno de un día especial..encantada de leerte..
ResponderEliminarMuy, muy dura... Y además, hay que competir en distintas manos.
ResponderEliminarBesos.
Un relato trepidante con un final sorprendente, me encanto.
ResponderEliminarWala... que final más bueno, que genial giro le has dado, todos pensando que era el estudiante quien hablaba y era el pobre bolígrafo... que vida más corta la de un bic en época de exámenes...
ResponderEliminarTienes una imaginación fantástica, siempre sorprendes con tus relatos...
Besines...
Me sacaste una sorisa con ese final que, además, me hizo repasar el texto y entender mejor palabras como "trabajar" o dejar mi huella".
ResponderEliminarMuy simpático.
Saludos.
Un gran giro final para ese día de locura, tan duro para el bolígrafo que escribe como para el chaval que lo guía, claro está.
ResponderEliminarUn abrazo
Jaja, qué bueno. Sabes que cuando tenía exámenes tenía un boli "profesional", solo empleado para exámenes. Y un suplente. Una precaución que tomé desde que un día se me acabó en medio de un examen importante.
ResponderEliminarDura vida la del bolígrafo de un estudiante. Besos y gracias por venir este jueves.
Qué idea más brillante has tenido!!! ...muy pero muy bueno, me encantó!
ResponderEliminarUn beso.
Que original! sudando tinta, pobre bolígrafo.
ResponderEliminarUn beso
Y no gastarse en el momento más inoportuno, y estar siempre a punto para la siguiente prueba o relato.
ResponderEliminarMuy original y apropiado para la época, aunque ya hayan acabado los exámenes, pero están cerca en el recuerdo de algunos