En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme,
bueno, digamos que la cruda realidad es que mi resaca no permite que me acuerde
de ello. Anoche iba a ser la mejor noche de toda mi vida, la última noche de
libertad, la noche que todo hombre desea tener en su memoria antes de someterse
a la esclavitud eterna, la noche de mi despedida de soltero.
Mis amigos, mejor
dicho, mis actuales ex amigos, decidieron secuestrarme, meterme en un tren y
hacerme beber chupitos de algo llamado “Devora Cráneos”. Antes de llegar a
nuestro destino me pusieron una venda en los ojos y aparecí en un club de
striptease. Me sentaron encima del escenario, una chica empezó a bailar
alrededor mío acariciándome y ése es el último recuerdo que tengo.
Son las 18:55, me caso hoy a las siete de la tarde y estoy
desnudo, amordazado y esposado a la cama. Tengo a cada lado, dos chicas también
desnudas, manchadas de rojo. El suelo está lleno de cristales rotos y las
paredes llenas de salpicaduras de algo que parece sangre. Llevo horas sin dejar
de mirar el reloj de cuco que tengo enfrente, pensando como voy a explicar todo
esto y si lo más probable es que me arreste la policía o que mi novia (a estas
horas mi exnovia) me mate.
Un relato memorable.
ResponderEliminarYo digo que ha sido la novia, a estas horas ex novia...
ResponderEliminarCreo que la novia tuvo algo que ver con eso.
ResponderEliminarTal vez la novia quiera seguir siendolo. Es posible que haya asesinado a las stripers. Como lo hará con otras mujeres, que intimen con el protagonista.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarla noche ante de la boda no se debe arriesgar...hay amigos que son peor que tus peores enemigos. Yo creo que es una broma pesada de los amigos y que ni siquiera son las 18.55, le han cambiado la hora al reloj para que el tio se coma la cabeza jaja!
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