En este lugar la locura no es un factor para acabar en el manicomio, ni se mira raro mientras cuentas en voz alta las ocurrencias más extrañas de tu mente. Aquí, la imaginación, la creatividad y las majaderías son un valor al alza. Abre tu mente y déjate llevar por los disparates.
Sus dedos me acarician, recorren mi cuerpo, bajan y suben
inconscientemente embriagándome con su tacto. Estoy apoyada en el brazo del
sofá, me agarra y me coloca sobre sus piernas, siento su calor.