viernes, 1 de agosto de 2014

EL ESPERANTO




-         El Esperanto realmente fracasó por una buena razón… - Comentaba el profesor.



Era la clase de lingüística de la universidad. El aula era enorme, podía albergar a más de quinientos alumnos, estaba distribuida en forma de grada y el profesor se colocaba abajo con el micrófono. Pero aquella clase, con aquel profesor al borde de la momificación, era tan aburrida que incluso las arañas huyan de ella y por supuesto, los alumnos después de la primera semana habían salido en estampida.