En este lugar la locura no es un factor para acabar en el manicomio, ni se mira raro mientras cuentas en voz alta las ocurrencias más extrañas de tu mente. Aquí, la imaginación, la creatividad y las majaderías son un valor al alza. Abre tu mente y déjate llevar por los disparates.
El del puente fue uno de los peores momentos de mi vida. Por
suerte nuestros compañeros me habían oído gritar y llegaron a tiempo para
arrastrarlo fuera del agua.