VIVENCIAS

Primer día y me sobrepasan las vivencias, se me acaba la jornada casi sin tiempo para asimilarla. Mi cuerpo está dolorido, pero lo único que siento es felicidad. La primera vez que me lo comentaron la angustia se adueño de mí, se me pusieron los pelos de punta,
yo sabía que era una atrocidad, pensaba que mi autoestima no estaba preparada para ello y que los remordimientos dejarían mi cerebro como un queso Gruyer. Pronto la vida me enseño su crueldad y que todo es válido cuando se trata de sobrevivir. Si alguien me hubiese dicho que lo que hice me iba a gustar, jamás le hubiera creído, pero me encantó. Fui a preguntar a la asociación y allí me informaron de todo. Yo solo tengo 8 años, pero cuando entré en aquella habitación, empecé a disparar la metralleta, vi como la sangre se derramaba y caían los hijos de aquellos cerdos culpables de todo, me sentí genial, nada de miedo ni remordimientos. Debieron matarme cuando tuvieron la oportunidad. El siguiente objetivo está marcado. No hay que subestimar a los niños que ven derramar la sangre de los que más quieren.