10 AÑOS ANTES DE LA ÚLTIMA ESTACIÓN
Allí estaba yo, nerviosa como nunca antes. Era el primer
día, el primero de muchos y un desafortunado golpe del destino, es decir, un
coche que decidió dejar de funcionar en el peor momento, me había obligado a pasar
toda la noche atrapada en un prieto asiento de autobús, junto con otras 49
personas el día más caluroso de todo el año.
Al amanecer, por fin conseguí salir de aquella caldera,
empapada en sudor y cargando con mis dos monstruo-maletas y mi emplomada
mochila, puse rumbo a la que iba a ser mi casa durante el próximo año. Después
de una hora y tres callos, conseguí encontrar la residencia de estudiantes, en
cuya recepción esperé otra hora más a que alguien acudiese en mi rescate con la llave de mi habitación y un interminable folio lleno de
normas que estaba obligada a cumplir. En mi micro-habitación, un paso de cama a
escritorio, me di la ducha más rápida de todos los tiempos y con la desfortuna
de mi parte, me dirigí corriendo a mi presentación en sociedad, a la
presentación para los novatos de la carrera universitaria.
Al llegar al aula, ésta estaba repleta. Unas cien personas
esperaban a que llegase el tutor para darnos una charla instructiva, que seamos
sinceros, no nos serviría para absolutamente nada y mucho menos a mí. Después
de tantear el terreno, me senté al dado de una chica, morena de ojos verdes y
piel blanquecina que parecía totalmente inofensiva, y armándome de valor,
decidí entablar una conversación con ella.
- Hola me llamo Anne – dije con una exagerada sonrisa.
Conversamos un ratito tranquilamente, contándonos lo emocionadas
que estábamos, de qué lugar éramos, como habíamos acabado allí… Hasta que me
dijo:
- Sí, bueno, es que a mí siempre me ha interesado la biología,
sobre todo la biología marina, por eso decidí venirme a esta universidad,
tienen una de las mejores especialidades.
- ¿Biología? ¿Cómo que biología? Y entonces, ¿Por qué te has
metido a estudiar periodismo?
- No lo he hecho – me miró extrañada- ésta es la clase de biología.
- Haber, haber, eso es imposible. Pero ¿Ésta no es la clase de
periodismo? – dije conteniendo mi histeria y bajando la voz ya que el profesor
acababa de empezar a hablar.
- No. Esto es biología. – dijo ella.
En ese preciso instante mi cerebro se llenó de maldiciones. ¿Cómo
podía ser tan estúpida? No sólo me había equivocado de aula, ni siquiera había
acertado con la facultad. Estaba atrapada en la presentación de una carrera que
no se parecía ni remotamente a la mía. Me pasé toda la charla encogida tragándome
el llanto y muriéndome de vergüenza. Se me hizo muy pero que muy larga.
Al final, ese día resultó no ser un total y completo desastre,
no hay mal que por bien no venga. Laura, que era un encanto, me invitó a comer
para que me animase y descubrimos que nos alojábamos en la misma residencia de
estudiantes. Aquella chica flacucha, se convirtió en una de mis mejores amigas,
la mejor que alguien pueda desear tener, y en uno de los pilares de mi vida.
Bueno será cuestión que cambie de carrera pero no sé pq me da que algo bueno saldrá de todo esto ...
ResponderEliminarBuenas madrugadas.
Buenas tardes, Pikxi:
ResponderEliminarMe parece un relato muy interesante el que estás hilvanando con cada una de las entregas de tu historia. Vengo de leer la anterior, la que funciona de prólogo a esta obra, y sinceramente me apetece leer más.
Disculpa mi desatención a las historias que compartes, confío en pasarme con más frecuencia.
Un abrazo, Pikxi.
me encantas cuando escribes
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