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Hasta mañana –
dicen- ahora nosotras alumbraremos el cielo.
La claridad da paso a
la oscuridad, atenuando el fulgor de la bóveda celeste. La luna, redonda, muestra todo su esplendor. Mi compañera de habitación ya duerme. Yo desde mi
cama miro a la luna, preciosa allá en las alturas.
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Duermo mejor si
tú me hablas- le digo.
Mientras Morfeo me
tapa con su manta, entre los sonidos del respirador, la oigo susurrar.
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Buenas noches y
dulces sueños.
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