sábado, 13 de octubre de 2012

NOCHE DE FIESTAS


Estoy dentro de una caja de cartón. Llevo aquí dentro dos meses junto con todos mis compañeros, estamos nerviosos porque sabemos que en unos minutos saldremos de aquí. Es la primera vez que voy a ver mundo, nuca he viajado a ningún sitio, quizá se deba a que todavía soy joven, aunque en realidad ¿Cuál es la media de tiempo para salir? Oigo los ruidos de la calle y siento como nos movemos, el momento ha llegado.

Una luz brillante entra cegándonos por un instante, debe de ser el sol. Los más antiguos del almacén contaban historias sobre una luz brillante y calurosa que provenía de la calle, muy pocos la habían visto, solo algunos afortunados cuando algún rayo se colaba por la puerta. Me sitúan en un sitio alto, desde aquí puedo ver todos los movimientos de la gente, corriendo de un lado al otro haciendo los preparativos de última hora, veo los árboles, la calle vacía y un montón de cosas que nunca soñé ver.

A las siete de la tarde retumba un estallido en el cielo, luego suena música a todo volumen desde los enormes altavoces y se abren las txosnas. A medida que anochece la gente llena las calles y veo como mis compañeros van desapareciendo. Después de varias horas ha llegado mi turno, vienen a por mi y me llenan de un liquido amarillo y frío, voy a conocer al que será mi amigo de viaje.

Es una chica, me rodea con sus largos dedos y ata una cinta de color rojo a mi hebilla.  Esquivamos a la gente, intentado no derramar el liquido que tengo en las entrañas, hasta llegar a donde está su grupo de amigos. Ella se sienta en el suelo, bebe un trago rozando sus cálidos labios y su lengua hirviente contra mi borde y me deja en el suelo. Están hablando, riendo, jugando a algún juego que no entiendo, mientras me vacío, poco a poco y me vuelven a llenar de diferentes bebidas.

Nos ponemos en marcha, saltan y bailan cada vez más animados, llegamos a las txosnas. El miedo me atenaza, lo primero que pienso al dejarme sobre esa barra pegajosa, es que me van a abandonar a mi suerte, pero pronto me doy cuenta de que solo voy a ser un préstamo. Unos bloques de algo llamado hielo golpean fuerte mi interior dejándome aturdido, acto seguido, vuelvo a estar lleno.

Pierdo la noción del tiempo y de las veces que me vacio, estoy aguantando ya sin fuerzas para continuar. Siento un empujón, mi culo torcido se da un tortazo contra el suelo y una zapatilla morada me lanza rodando lejos. Estoy mareado, solo hay ruido. Unos largos dedos que reconozco, me cogen del suelo y atan la cinta a su bolso, asegurándose de que estoy bien sujeto y seguro.

Ha amanecido, en las calles apenas quedan personas, vamos con paso lento y cansado hacia su casa. Por el camino veo a un montón de compañeros, tirados en el suelo entre botellas y cristales. Yo también podría acabar así. 

Al llegar, me ha lavado, me ha secado y me ha colocado en una estantería, donde nunca me sentiré solo y podré disfrutar del calor de sol, hasta que llegue el momento de volver al combate. 

6 comentarios:

  1. :O
    al principio he pensado otra cosa jaja! aunq lo de la caja del principio no me cuadraba bien pero todo lo demas si :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esq al pricipio iba a ser sobre el tema q propuso borja (q ya lo hare), pero cuando empece a escribir vi encima de la mesa el baso de jaias de bilbo y al final salio eso. X cierto ese monigote es raro :-)

      Eliminar
  2. pues igual que el tuyo [:-)] ...

    ResponderEliminar
  3. Lo bueno de leer tus entradas es que aprendo idiomas jeje...porque me ha costado saber que era un "baso de jaias de bilbo"..Aunque sabía al final que se trataba de un vaso, necesitaba saber que tipo de vaso era...bss

    ResponderEliminar