jueves, 10 de septiembre de 2015

JUEVES DE……. HISTORIAS SECUNDARIAS



Esta semana nos convoca Ibso, invitándonos a crear Historias Secundarias. Si queréis disfrutar del placer de leer más relatos los encontraréis en su blog Camino a Utopía.




Hoy he convocado esta rueda de prensa, en mi vejez y a sabiendas que el crimen ya ha prescrito, para confesar una verdad y una culpa que he guardado en lo más hondo de mi corazón y que ha estado torturándome todos estos largos años.


Mi historia da comienzo en el año 1912 en Southampton. Todos hablaban del Nuevo Mundo, de lo maravilloso que era, de todas las posibilidades que ofrecía, de su amplio territorio, una tierra llena de esperanzas y oportunidades, un lugar donde ser libre y empezar de nuevo. En Irlanda acababan de terminar el transatlántico más grande del momento, el Titanic, y yo conseguí comprar un billete para viajar en él hacia la tierra prometida. Desgraciadamente no logré ningún camarote lujoso, ni siquiera uno normal, debido a mi gran tamaño me metieron en la bodega del barco y me prohibieron salir de él por motivos de seguridad.

En la noche del 14 de Abril apenas había unos pocos grados en la calle y en aquel húmedo y mugriento agujero hacía un frío que me calaba hasta los huesos. Me habían traído una gran taza de Cola-Cao para cenar, como todos los días anteriores llegaba muy tarde y estaba congelado así que decidí calentarlo. Debéis entender una cosa, aunque me veáis aquí sensato y tranquilo, en esa época yo era un joven dragón alocado e inexperto, un dragón ignorante. Si hubiese sabido las consecuencias de calentar aquel Cola-Cao jamás lo hubiese hecho, pero hacía muchísimo frío y ni siquiera lo pensé.  Escupí una llama, pretendía ser diminuta, solo para calentar la leche, pero no calculé la fuerza y el fuego alcanzó el casco por estribor creando un boquete por el que empezó a entrar agua. Yo me asusté, era muy joven y el miedo me ganó la partida. Salí corriendo de allí sin que nadie me viese y volé hasta la costa más cercana. De verdad que no sabía que las consecuencias de mi pequeño incidente iban a ser tan graves.

No me siento orgulloso de lo que hice, ni de haberlo ocultado, pero he creído que ya era hora de asumir la culpa y liberar a los icebergs de su mala fama.


Nota: La idea de calentar el Cola-Cao ha sido de una amiga y como me ha encantado se la he cogido prestada.

18 comentarios:

  1. Tal vez crea tener una culpa que no tuvo. Si el Titanic era tan vulnerable, estaba pesimamente diseñado y construido.
    Buen relato.

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  2. Una historia paralela muy ingeniosa. Todo sea, para reivindicar la inocencia de los icebergs, tan inocentes ellos.. Un abrazo

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  3. la culpa del constructor, que no lo hizo a prueba de dragones calentando cola caos y no puso ni una mísera advertencia...

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  4. ¡Fuera culpas!, pasó lo que tenía que pasar y punto. Jejejejeeje

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  5. La culpa en todo caso fue de la mano de obra barata y la pésima calidad de la construcción... pobrecito... que remordimiento ha tenido durante años...
    Como siempre mezclas realidad y ficción y te sale un relato de rechupete...
    Besines...

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  6. Así que no fueron los icebergs sino el Cola-cao? Vaya imaginación, me gusto ese final sorprendente.
    Saluditos

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  7. Pues bien pudo ser así. La verdad es que a veces nos engañan y no nos damos cuenta. Tal vez ésta fue una de ellas.
    Un abrazo

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  8. Al fin sabemos como ocurrió aquel desastre, aunque creo que la justicia tendrá complicado ajustar este testimonio a sus esquemas. Me he divertido.
    Un abrazo.

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  9. Noooo, ¡venga ya! ¿Un dragon? ¿En serio? No me lo creo. ¿Y qué es eso del cola cao? ¿Una bebida energética?
    Jajajaja, muy divertido y ocurrente.
    Un abrazo y gracias por participar.

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  10. Que divertido! pobre dragon! tan pequeño y tan inocente, como podía pensar el.....es que no se construían barcos como los de ahora, es que nació avanzado en el tiempo, es que.....me muero de risa, besos.

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  11. Lo de calentar el cola cao es de arrrrrte!! jajajajaja Algun guionista debiera coger la idea para Titanic 2.
    Un beso

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  12. Jaaa..antes de saber lo del dragón ya estaba pensando como una persona de un tamaño tan grande habí podido sobrevivir al desastre..eso pasa cuando uno se jace conjeturas sin esperar el final...besoss..encantadora historia...

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  13. pero cuanto cola-cao tenían que darle para alimentar a un dragón? Debía ser una taza enorme...así que no es tan fácil calcular la fuerza y no pasarte.

    Y estoy de acuerdo en que el Titanic era de mala calidad, si con un poquito de calor ya se funde un trozo tan grande como para hundir el barco a ese ritmo...

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  14. Vaya has logrado un hermoso entretejido paralelo a la historia. Me encanto!!! Besito

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  15. Buenos días, Pikxi:
    La lectura de tu relato ingenioso ha sido tan reconfortante para recuperar el buen ánimo como lo sería el compartir una taza de cola-cao caliente en esta mañana de otoño frío y lluviosos.
    Feliz martes.

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  16. Alucinante!!! Qué imaginación... una preciosidad.

    Lo primero, me encanta el Titanic, y lo del dragón... eso si que me ha cautivado.

    Me ha encantado leerte :)

    Muchos besos.

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  17. Es una teoría más atractiva, desde luego, que la original, con un intrunso temporal como el Cola Cao.

    Saludos

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