jueves, 1 de diciembre de 2016

JUEVES DE…. ÉRASE UNA VEZ



Esta semana nos convoca Inma Blanco, bajo el tema Érase Una Vez. Si queréis disfrutar del placer de leer más relatos los encontrareis en su blog Molí del Canyer.






Érase una vez una cabra que tenía siete cabritas, a las que protegía fieramente de cualquier peligro. Un día mamá cabra se quedó sin harina para hacer un bizcocho y tuvo que ir al mercado a intercambiarlo por leche. Antes de irse, advirtió a sus cabritas de que no podían salir a jugar a la calle bajo ninguna circunstancia y si lo hacían, tendrían que acarrear con las consecuencias.



Al poco rato de irse la señora cabra, Lobi el lobezno toco el timbre. Éste les preguntó si querían ir a jugar al parque con él, pero las cabritas le dijeron que no les dejaban. Pasados quince minutos Lobi volvió a tocar el timbre “Bajar sólo un ratito, porfi, yo llevo la pelota”, las cabritas muy tristes le volvieron a decir que no les dejaban. Poco después, el lobezno volvió a tocar el timbre y traía en sus manos una comba con luces de colores, todas decidieron bajar al parque con él, todas menos una. A la más joven de las cabritas, el resto de sus hermanas no la dejaron bajar “Tú no puedes venir, eres demasiado pequeña, solo molestas”. 


Cuando llegó mamá cabra a casa, la pequeña cabrita le contó todo lo que había sucedido. Enfurecida, la señora cabra bajó al parque a buscar a las cabritas. Al verlas jugando con el lobezno, les gritó a todas que estaban castigadas de por vida y las mandó a casa. Como no había nadie más en el parque, mamá cabra cogió al lobezno por las orejas y lo arrastró detrás de unos matorrales. Allí, le pegó una tremenda paliza mientras le decía que era una mala influencia para sus hijas, que los de su especie no deberían de existir, que solo era basura. Le amenazó, diciéndole que papá cabra mataría a toda su familia si volvía a acercarse a las cabritas o si contaba algo. Dejó al pequeño lobezno mal herido entre los matorrales y volvió a su casa a preparar la cena.


La Cabritas se hicieron mayores, convirtiéndose en mamás cabra y tuvieron cabritas a las que sólo se les permitía relacionarse con otras cabritas.

12 comentarios:

  1. ¡Qué valor de mamá cabrita para enfrentarse así al lobo! Me ha encantado.

    ¡Un abrazo!

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  2. Y así nació el odio a los lobitos, de los prejuicios de una "cabra".
    Muy con segundas tu fábula, irónica y mordaz.
    Me ha gustado mucho.
    Saludos

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  3. Buenas tardes , que buena moraleja has dejado en tú cuento , no nada peor que desde pequeños no nos enseñen que compartir con los demás aunque no sean iguales que nosotros en raza o sexo , es bueno y no perjudicial. pues depende de la enseñanza que tengamos desde la cuna nos va a influir en la edad adolescente .
    Un saludo , feliz semana.

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  4. Creo que le diste una vuelta de tuerca, para contar una historia sobre la discrimación.
    Bien contado

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  5. No se yo si este cuento es apto para gente pacífica jjajajaja valiente cabra!
    Un besazo

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  6. Me gusta esta versión con moraleja que nos muestra que la mayoría de las veces tenemos miedos y prejuicios injustificados que no se corresponden con la realidad. Pobre Lobi!
    Un beso

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  7. Esas cabritas resultaron de lo peor! a veces las apariencias engañan, y mucho!
    =)
    Un abrazo

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  8. Linda moraleja, no se de debe menospreciar a los mansos, porque pueden ser más peligrosos que los feroces. :0)
    Beso

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  9. Vaya carácter la mamá Cabra. Y el pobre Lobi marginado con todos sus juguetes tan molones.
    Besos.

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  10. Yo me temia que al ir a buscar a sus cabritas, la mama solo encontrara huesitos en el parque...menos mal no fue asi...pero...no le hizo honor a su nombre la cabra....si es verdad que son locas como dicen, hubiera primero agarrado a trompadas a las cabritas pa que se les quite lo desobediente y luego colgar al lobo...que igual cuando crezca se come las hijas...ayyy pero ya no sería un cuento sino un homicidio ,,,ejejeje...ya no invento mas..besos

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  11. Bueno ahora comprendo de donde nace el racismo y la senofobia, no puedo evitarlo en tu cuento me pongo al lado del lobito. Besos.

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