Esta semana nos convoca Juan Carlos, bajo el tema Retratos. Si queréis disfrutar del placer de leer más relatos los encontraréis en su blog ¿Y qué te cuento?
Bruno Amadio (Italia 1911-1981). Este cuadro pertenece a la serie de “Los Niños Llorones”. Cuenta la leyenda, que el pintor cansado de ser un don nadie, hizo un pacto con el diablo para tener éxito. Por ello dicen que los 27 cuadros pertenecientes a “Los Niños Llorones” están malditos y atraen desgracias a quienes los poseen.
Tammân, igual que su madre, tiene el pelo del color del
trigo en junio y en la cabeza, la gorra de cuero marrón preferida de su padre,
que ella prometió cuidar hasta su vuelta. En las calles ya hace
un helador frío invernal típico de las tierras norteñas, ella para resguardarse
viste un grueso abrigo de lana que alguien le puso en el camino, no recuerda
quien, no recuerda donde. Su redonda carita, junto con su chata nariz y su
pequeña boca de labios carnosos, muestran la cara dulce de una niña, pero
dos voluminosas lágrimas manchan sus mejillas desvelando su tristeza. Lleva horas
buscando a su madre con gritos desgarradores, estaban al lado de la valla
descansando después de la larga caminata, un grupo de personas con el mismo
uniforme llegaron armados, dispararon, la gente corría, había humo por todos
lados, ella iba de la mano de su madre, alguien las empujó separándolas,
dejándola en absoluta soledad sin nadie que la abrace. Tammân tiene unos
preciosos y enormes ojos azules que ahora, solo muestran infinito vacío.
Desgarrador relato que nos recuerda los horrores de la guerra...los que mas sufren son los niños...besssoossss
ResponderEliminarUn relato conmovedor, muy bien acoplado al cuadro.
ResponderEliminarMe intriga esa escalofriante leyenda.
Saludos
El retrato (aun maldito según cuentas) es hermoso. Tu interpretación y descripción logra conmover y transitar con ese niño, la peripecia que se refleja en esos lagrimones que se parecen tanto a lo de otros niños cuyas historia hoy tanto nos lastiman.
ResponderEliminarUna muy buena elección para un relato conmoverdor. Besos y buen jueves!!!
Hermoso cuadro has elegido.
ResponderEliminarTu relato sobre él es desolador. Una historia que me ha dejado conmovida el alma, pero que describen perfectamente la imagen que nos presentas.
Un gusto leerte.
Abrazo enorme.
Te he dejado un premio en mi blog :)
EliminarMe has hecho meterme de lleno en la historia. Niña que como otros son separados de sus familias por los horrores de la guerra.
ResponderEliminarPrecioso retrato y preciosa descripción.
Un abrazo
Triste pero hermoso retrato para una descripcion aun mas hermosa.
ResponderEliminarLa descripción es perfecta y la imagen te parte el alma. La historia me ha recordado tristemente a las imágenes que estos días vemos en la televisión sobre los refugiados que huyen de la guerra en su país. Te felicito!
ResponderEliminarUn beso
Bella historia , la de tu niña llorona. Un abrazo
ResponderEliminarPena infinita provocada por la sinrazón de la guerra, de cualquier guerra. Ninguna de ellas vale lo que el llanto de un niño. Todas obedecen, creo que sin excepción, a bastardos intereses económicos aunque se disfracen de patriotismo o fanatismo religioso. En el fondo, el verdadero motivo es económico y poco importan el dolor y el sufrimiento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este es de esos relatos que son duros en sí mismos, pero que se hacen aún más duros porque sabemos que han pasado y que siguen pasando en la actualidad en muchos lugares del planeta.
ResponderEliminarMuy bueno Pikxi. Un abrazo.
El cuadro ya de por sí encoge el alma de ver a una niña llorando, con esa carita de tristeza, si encima le añadimos el porqué de esa tristeza hace estremecer... que buena descripción has hecho... no le falta detalle...
ResponderEliminarBesines grandes...
La niña preciosa, y tu relato muy interesante y bueno. Es curiosa esa maldición que le atribuyen...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Montón de besos.
Un precioso retrato del que no conocía su leyenda.
ResponderEliminarSabía algo sobre esa oscura leyenda y aunque no me la crea, confieso que los retratos no me caen simpáticos... eso de tener sobre una pared retratos de niños llorando no me parece muy gratificante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
A pesar de la tragedia, de su tristeza, de su miedo... la imagen, el retrato irradia luz, esperanza y fuerza.
ResponderEliminarY si la serie está maldita... será, tal vez, para que permanezca por siempre.
Besos.
Sabía de la leyenda que portan esos niños tan conmovedores. la belleza del desamparo, asi los veo yo.
ResponderEliminarUn beso
Y quiero creer que al final aparece la madre sana y salva, y a Tammân ser le ilumina el rostro con una gran sonrisa.
ResponderEliminarMis creencias quieren ser sólidas pero la cruda realidad esa muy tozuda.
Un relato bien construido.
Un abrazo y disculpa la tardanza del cometario.
Lo curioso del relato es que no tiene ni raza, ni nacionalidad, ni color...vale para todas las guerras de cualquier país, del bando ganador (si es que en las guerras alguien gana) o perdedor, de una raza u otra
ResponderEliminarLas guerras no hacen distinciones.
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