Esta semana nos convoca Teresa Oteo, bajo el tema de que
las apariencias engañan. Si queréis disfrutar del placer de leer más relatos
los encontrareis en su blog puntosuspensivos…
Juan y yo nos conocemos de toda la vida y le odio desde que
tengo uso de razón. No es por algo que haya hecho él, bueno en realidad sí,
mejor lo explico desde el principio.
Juan y yo nacimos con un mes de diferencia, nuestros padres
siempre han sido muy amigos, por lo que el desarrollo de nuestras vidas ha sido
paralelo y eso implica algo que a las madres les encanta hacer, comparar. De
pequeños medían quién crecía más, quién empezaba antes a andar, quién era más
formal… como niño trasto, regordete y pequeño que era, siempre salía perdiendo.
Cuando empezamos a la escuela nos pusieron en la misma clase, Juan sacaba
matrículas de honor y yo digamos que no era un buen estudiante. En esa época
escuché por primera vez el sermón que en años venideros mi madre repetiría
hasta la saciedad “Has visto Juan que buen muchacho es, lo bien que se porta,
lo estudioso que ha salido, lo majo y simpático que es… Deberías parecerte más
a él”. Después, llegó el instituto donde yo descubrí mi pasión por la música y
la beca de Juan para irse a estudiar química a Cambridge. Todos los habitantes
del pueblo y obviamente mis padres, consideran a Juan una gran persona y un
erudito. De mí, piensan que soy un despojo social que acabará muerto de hambre,
si no dejo mi grupo de rock, entro en vereda y empiezo a actuar como el adulto
que soy.
Hoy, en el pueblo donde vivimos, ha explotado un laboratorio
clandestino de anfetaminas. Yo estoy aquí sentado en el sofá con mi madre al
lado, sin poder evitar sonreír, al oír decir a los vecinos en el informativo lo
encantador y buen chico que parecía ser Juan.
Con envidia, el personaje no hizo nada en contra del enviado. Me parece bien que se niegue a hacer lo que se llama madurar. que siga con su grupo de rock.
ResponderEliminarAlgo mejor que la actividad oculta de Juan.
Bien cumplida la consigna.
Con envidia, el personaje no hizo nada en contra del enviado. Me parece bien que se niegue a hacer lo que se llama madurar. que siga con su grupo de rock.
ResponderEliminarAlgo mejor que la actividad oculta de Juan.
Bien cumplida la consigna.
Vaya sorpresa del buen Juan que no era tal...
ResponderEliminarMuy buen relato ajustado a la consigna.
Gracias por tus palabras para mi primer relato
Cordial abrazo
Muy buen relato con un final sorprendente. Muy acorde con la consigna juevera.
ResponderEliminarAlgunas madres fallan en la apreciación externa de sus hijos.
Saludos
Muy buen relato con un final sorprendente. Muy acorde con la consigna juevera.
ResponderEliminarAlgunas madres fallan en la apreciación externa de sus hijos.
Saludos
El "buen chico" al final salió rana.
ResponderEliminarMuy buen relato, cuantas veces hemos visto lo que cuentas en tu magnífico relato. Los elogios admirados de quien es un ejemplo para todos, puede que no muestre si no el rostro que quiere vender, no el auténtico.
Sentado en el sofá, la sonrisa tardaría en borrársele de la cara.
Un abrazo
Hola Pikxi!
ResponderEliminarGenial tu relato y perfectamente encajado en la propuesta, un clarísimo ejemplo de que no es oro todo lo que reluce, yo también habría sonreído al escuchar la noticia :))
Muchas gracias por participar.
Un beso!
Excelente relato! Ocurre muchas veces eso que cuentas, a menudo sólo vemos la parte de fuera que se ajusta perfectamente a lo correcto, sin embargo la verdadera personalidad está oculta y no cuadra con lo que se muestra. Sin embargo, en el caso del protagonista es todo lo contrario...o no, pero de momento no ha hecho explotar
ResponderEliminarningún laboratorio clandestino.
Un beso
Pues sí que ha llegado lejos este Juan, con laboratorio propio y todo. Eso sí, tan bueno no sería si tenmina habiendo una explosión al final...
ResponderEliminarSi es que lo mejor es no decir ciertas cosas, de las que después nos podemos arrepentir. Si al final el bueno no lo era tanto.
ResponderEliminarUn abrazo
Un perfecto desarrollo del tema que nos habían propuesto..
ResponderEliminar¡Ay las madres...!
:) Me ha gustado mucho, es algo que puede ser tan común... casos así he vivido varios cercanos, y todos terminan sorprendiendo como tu relato. Muy bueno.
ResponderEliminarMuchos besos
:) Me ha gustado mucho, es algo que puede ser tan común... casos así he vivido varios cercanos, y todos terminan sorprendiendo como tu relato. Muy bueno.
ResponderEliminarMuchos besos
Excelente relato! Las apariencias son solamente eso, un caparazón donde se esconde nuestra esencia. A mí me hubiese encantado que el protagonista sea mi hijo, amo el rock and roll y la música, además de admirar a quienes pueden crearla para hacer de mi vida un mundo mejor.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Abrazo enorme.
Que error el de los padres al comparar a sus hijos con otros niños... no saben el flaco favor que se les hacen por suerte el protagonista no se dejó encandilar por lo bueno que era Juan... El final es un giro genial que me ha gustado mucho.... No todos los buenos son tan buenos verdad? Y formar parte de un grupo de rock es la leche... :)
ResponderEliminarBesinos...
Buenos días, Pitxi:
ResponderEliminarHe disfrutado con tu relato y eso que lo mío no es el rock, sino lo punk (je je)
Me he identificado con lo que cuentas, hasta el punto de recostarme a tu lado en el sofá y compartir tu sonrisa sardónica: con el paso del tiempo, he visto a bastantes prohombres revelarse como inhumanos.
Gracias por tu revindicar una vida acorde con lo que uno quiere y no con lo que se espera de uno.
Un abrazo.
jeje nunca tan bien puesto el título "no es oro todo lo que lo aparenta" ¡qué bien se habrá sentido el personaje del relato!
ResponderEliminar=D
Un abrazo
El barniz que recubre la madera a menudo no nos deja ver la carcoma que se esconde en su interior.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, Pikxi.
Un abrazo.
Muy buen relato, que pone en evidencia que es muy simple juzgar a simple vista y menospreciar a raíz de conclusiones que solo se fundan en apariencias. Tarde o temprano la verdad sale a flote para mostrar la realidad. Muy bien narrado! Ha sido un gusto leerte.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Tendemos a ver mejor lo que hace el vecino que los que tenemos al lado. Esa sonrisa de satisfacción propia es lo mejor que hay :)
ResponderEliminarBienvenida otra vez, te echabamos de menos. Cuanto tiempo privandonos del placer de tus comentarios. Y que escribas muchos más...
EliminarNo se si después de los últimos comentarios pensarás lo mismo :-P
EliminarClaro que sí
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