¡No había ni qué decir! Rica y
glamurosa era la ciudad que le hacía tener pesadillas y ella temía
que llegase el día en el que la visitara por primera vez.
Pero sabía que la fecha estaba cerca.
El viento se lo había contado. Le había dicho que sus temores se
acercaban. El universalmente reconocido Reino de Oro y Marfil se
acercaba sin pausa, ya había alcanzado la galaxia vecina.
Probablemente esa misma noche, si uno observaba con atención podría
verla acercarse entre las estrellas.
Pero ella no miraría. Ella no quería verla venir. Incluso se le pasó por la cabeza huir, aunque sabía que no habría dónde esconderse. ¡Había escuchado tantas historias! Y aunque todas diferentes, todas ellas reinaban cada noche en sus pesadillas desde que el viento hablo con ella.
Pero ella no miraría. Ella no quería verla venir. Incluso se le pasó por la cabeza huir, aunque sabía que no habría dónde esconderse. ¡Había escuchado tantas historias! Y aunque todas diferentes, todas ellas reinaban cada noche en sus pesadillas desde que el viento hablo con ella.
Solo tenía 7 años, pero ya había
alcanzado la edad legal para unirse al Reino junto a los demás niños
de su edad y hacer su primer viaje a través de las estrellas.
Algunos de sus compañeros mostraban una excitación desmesurada al
respecto mientras que otros, como su amigo Tomás, pretendian mostrar
una seguridad que estaban muy lejos de sentir. Ella había optado por
no hablar con nadie del tema. Con nadie salvo con el viento, por
supuesto. Intentaba con todas sus fuerzas no perder la esperanza de
que si lo ignoraba, si no hablaba de ello, dejaría de ser real y no
formaría parte de su propio mundo.
El viento no siempre fue su amigo,
pero había aprendido a quererlo y ya hacía un par de años que lo
escuchaba regularmente cuando se asomaba al puerto estelar. Aquel
lugar extraño del que llegaban las noticias desde cientos de
galaxias, todas ellas bajo el mando del Rey de Oro y la Reina de
Marfil. El Rey y la Reina que viajaban con su Reino a cuestas, de
planeta habitable a planeta habitable, y que ahora se dirigían a
aquella que era su casa para llevarsela con ellos y convertirla en
una más. Una de tantos. La información de lo que pasaba con los
niños tras el Viaje nunca fue clara. Lo único que se supo tras
cientos de años perteneciendo al Reino de Oro y Marfil es que nunca
se volvió a saber nada de aquellos niños que partieron. Ni siquiera
el viento había traido noticias.
Como he dicho antes, había tantas
historias como imaginación podían tener las gentes de aquel
planeta. Algunos decían que los niños se transformaban en nuevas
estrellas y de esa manera el reino aunmentaba cada vez. Otros
defendían que los llevaban para colonizar y poblar nuevos planetas.
Incluso estaban aquellos que a escondidas susurraban teorias de
tráfico de esclavos, pero jamás nadie sabría de dónde salieron
dichos rumores. Los monarcas nunca dieron ninguna explicación.
Tampoco nadie se atrevió nunca a preguntar. Ni lo harían nunca, ya
que el misterio del Viaje a través de las estrellas valía mucho más
que cualquier certeza al respecto.
Así pués, el día que llegó la
visita del archiconocido Reino de Oro y Marfil todos se asomaron al
puerto, aunque esta vez nadie hizo caso a lo que el viento les
contaba. Todos querían verlo pero nadie quería acercarse demasiado.
Ella también estaba allí. Agarraba con fuerza la mano de su amigo
Tomás a su lado, y él le devolvía la tensión. Cuando los
empujaron hacia delante y se vieron cruzando las descomunales puertas
que daban paso a aquella nave de luz blanca y doraba quedaron
deslumbrados. Todos los miedos, los nervios y las inseguridades se
esfumaron en ese mismo instante. Todos los niños empezaron a asomar
sonrisas en sus caras. Ella también sonreía.Ya no había tensión
entre las manos de los dos amigos. Ya había olvidado sus
pesadillas.
¡Me encanta! Me gusta muchísimo. Una historia muy bonita y con un deje tristón. Muy redonda, no necesitaba alargarse más, aunque ese final da juego pa mucho. :-)
ResponderEliminarPrecioso y fantástico relato...
ResponderEliminarMuchos besos.
jo...como que no necesitaba alargarse más? yo quiero segunda parte! (vale, es verdad que yo siempre tengo preguntas y quiero saber más...pero que les pasa a los niños? Al principio igual les dan cosas bonitas y luego se los comen como en hansel y gretel, o les hacen trabajar como a esclavos, o ya no tienen miedo porque están drogados...
ResponderEliminarTe doy toda la razón nerea. Es verdad lo que dices, sin duda alguna es una afirmación innegable, algo sumamente impepinable. Tú siempre tienes preguntas y quieres saber más. :-D
EliminarUna historia fantástica que bien podría explicar como se van poblando los planetas...o de donde llegan las almas de los niños que nacen....o de donde se originan las estrellas..o....no sigo, porque no terminaría con mis "o"....Tengo que seguirte la pista, derrochas mucha imaginación para trasmitir a mis nietos...bss
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